El investigador en materia de Derechos Humanos de la ONU para Birmania, Paulo Sergio Pinheiro, pudo finalmente entrevistarse con varios importantes presos políticos antes de poner fin a su visita de cinco días a este país asiático.
La ONU envió a Pinheiro para investigar las alegaciones sobre los abusos cometidos por la Junta Militar en el poder durante la violenta represión de las manifestaciones a favor de la democracia el pasado mes de septiembre.
Esta tarde, Pinheiro acudió a la prisión de Insein, en Rangún, donde fue autorizado a hablar con varios presos políticos, entre ellos el activista Su Su Nway, detenido el martes, según explicó en rueda de prensa en el aeropuerto antes de partir.
Asimismo, se entrevistó con el periodista de 77 años Win Tin, detenido desde 1989, y con miembros del grupo de la Generación de Estudiantes del 88, que han estado especialmente activos en las protestas no violentas contra el Gobierno en los últimos años. Sin embargo, no quiso dar detalles sobre el contenido de sus conversaciones.
Por otra parte, indicó que había solicitado un encuentro con la líder opositora Aung San Suu Kyi, bajo arresto domiciliario, pero la Junta Militar no se lo permitió. Pese a ello, se mostró satisfecho por la cooperación recibida por parte de las autoridades birmanas y subrayó que el enviado especial de la ONU para Birmania, Ibrahim Gambari, que visitó el país la semana pasada, sí fue autorizado a ver a Suu Kyi.
Uno de los objetivos de la visita de Pinheiro era determinar el número de muertos y detenidos durante la represión de las protestas. Ayer indicó en privado a los diplomáticos que aún no se puede fijar un número concreto.
Pinheiro ya había visitado la prisión de Insein el lunes, pero entonces sólo tuvo ocasión de hablar con sus responsables. Muchos de los presos que han pasado por Insein han denunciado torturas, condiciones pésimas y largos periodos de aislamiento.
La ONU envió a Pinheiro para investigar las alegaciones sobre los abusos cometidos por la Junta Militar en el poder durante la violenta represión de las manifestaciones a favor de la democracia el pasado mes de septiembre.
Esta tarde, Pinheiro acudió a la prisión de Insein, en Rangún, donde fue autorizado a hablar con varios presos políticos, entre ellos el activista Su Su Nway, detenido el martes, según explicó en rueda de prensa en el aeropuerto antes de partir.
Asimismo, se entrevistó con el periodista de 77 años Win Tin, detenido desde 1989, y con miembros del grupo de la Generación de Estudiantes del 88, que han estado especialmente activos en las protestas no violentas contra el Gobierno en los últimos años. Sin embargo, no quiso dar detalles sobre el contenido de sus conversaciones.
Por otra parte, indicó que había solicitado un encuentro con la líder opositora Aung San Suu Kyi, bajo arresto domiciliario, pero la Junta Militar no se lo permitió. Pese a ello, se mostró satisfecho por la cooperación recibida por parte de las autoridades birmanas y subrayó que el enviado especial de la ONU para Birmania, Ibrahim Gambari, que visitó el país la semana pasada, sí fue autorizado a ver a Suu Kyi.
Uno de los objetivos de la visita de Pinheiro era determinar el número de muertos y detenidos durante la represión de las protestas. Ayer indicó en privado a los diplomáticos que aún no se puede fijar un número concreto.
Pinheiro ya había visitado la prisión de Insein el lunes, pero entonces sólo tuvo ocasión de hablar con sus responsables. Muchos de los presos que han pasado por Insein han denunciado torturas, condiciones pésimas y largos periodos de aislamiento.
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