Llega a Yangon el enviado especial de la ONU en medio de nuevas protestas (El País).
Un niño fallece en los incidentes entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad, que han reforzado su presencia en la capital ante la llegada del enviado especial de la ONU.
El enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, ha llegado a Yangon para entregar a la Junta Militar un mensaje del secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, para que acabe con la violencia contra las manifestaciones pacíficas. Las protestas y la represión continúan en las calles de la capital, con un niño muerto y varias personas heridas en las últimas horas.
Los cuerpos de seguridad de Myanmar han efectuado disparos y han lanzado botes de gases lacrimógenos para dispersar una protesta de unas 2.000 personas en Yangon. Según medios de la oposición, decenas de manifestantes han sido detenidos.
A raíz de otros incidentes, un niño ha muerto y dos personas heridas con disparos de bala ingresaron en el Hospital Kyimyindine de Yangon, informa radio Mizzima.
Los soldados abrieron fuego contra los manifestantes en las proximidades del cien Sanpya, en el centro de Rangún, después de varias escaramuzas con ellos en las calles aledañas.
En las cercanías del Hotel Trader, donde el enviado especial del secretario general de la ONU, Ba Ki-moon, tiene previsto alojarse al menos esta noche, varias decenas de ciudadanos han sido arrestados en las últimas horas. La llegada del diplomático egipcio ha hecho que las fuerzas de seguridad refuercen aún más su presencia en las calles de la capital.
El enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, que no visitaba desde hace casi un año Birmania porque el régimen militar de ese país no le concedía un visado, acude a los generales birmanos con el mensaje de moderación y diálogo que ha pedido el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
Mientras, internet vuelve hoy a funcionar en Myanmar (la antigua Birmania), aunque varias páginas de la oposición han sido bloqueadas. Las informaciones, aunque son limitadas, y las fotos tomadas por teléfonos móviles y cámaras digitales han mantenido al mundo al corriente de los disparos efectuados por los militares contra los manifestantes, y de otras violaciones de los derechos humanos.
Ofensiva diplomática
En la vecina Camboya, la embajadora española para cuestiones referentes a los derechos humanos, Silvia Escobar, espera autorización de entrada de las autoridades birmanas junto a un grupo de diplomáticos occidentales, que buscan presionar directamente a la Junta Militar para que detenga la represión contra los manifestantes.
Mientras, Estados Unidos ha anunciado que los alrededor de 40 integrantes del Gobierno birmano y sus familias no podrán obtener el visado para viajar al país norteamericano, medida que puede se ampliada a "todos los que sean responsables de los ataques a civiles inocentes y de abusos a los derechos humanos".
Tokio también reacciona a la situación en Birmania después de la muerte de un periodista nipón tras recibir disparos efectuados por un soldado birmano.El Gobierno japonés comenzará a revisar sus programas de ayuda a la nación asiática.
Las víctimas mortales podría ser muy superior, según fuentes diplomáticas, y algunos grupos elevan la cifra a unas 200 personas.
Un niño fallece en los incidentes entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad, que han reforzado su presencia en la capital ante la llegada del enviado especial de la ONU.
El enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, ha llegado a Yangon para entregar a la Junta Militar un mensaje del secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, para que acabe con la violencia contra las manifestaciones pacíficas. Las protestas y la represión continúan en las calles de la capital, con un niño muerto y varias personas heridas en las últimas horas.
Los cuerpos de seguridad de Myanmar han efectuado disparos y han lanzado botes de gases lacrimógenos para dispersar una protesta de unas 2.000 personas en Yangon. Según medios de la oposición, decenas de manifestantes han sido detenidos.
A raíz de otros incidentes, un niño ha muerto y dos personas heridas con disparos de bala ingresaron en el Hospital Kyimyindine de Yangon, informa radio Mizzima.
Los soldados abrieron fuego contra los manifestantes en las proximidades del cien Sanpya, en el centro de Rangún, después de varias escaramuzas con ellos en las calles aledañas.
En las cercanías del Hotel Trader, donde el enviado especial del secretario general de la ONU, Ba Ki-moon, tiene previsto alojarse al menos esta noche, varias decenas de ciudadanos han sido arrestados en las últimas horas. La llegada del diplomático egipcio ha hecho que las fuerzas de seguridad refuercen aún más su presencia en las calles de la capital.
El enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, que no visitaba desde hace casi un año Birmania porque el régimen militar de ese país no le concedía un visado, acude a los generales birmanos con el mensaje de moderación y diálogo que ha pedido el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
Mientras, internet vuelve hoy a funcionar en Myanmar (la antigua Birmania), aunque varias páginas de la oposición han sido bloqueadas. Las informaciones, aunque son limitadas, y las fotos tomadas por teléfonos móviles y cámaras digitales han mantenido al mundo al corriente de los disparos efectuados por los militares contra los manifestantes, y de otras violaciones de los derechos humanos.
Ofensiva diplomática
En la vecina Camboya, la embajadora española para cuestiones referentes a los derechos humanos, Silvia Escobar, espera autorización de entrada de las autoridades birmanas junto a un grupo de diplomáticos occidentales, que buscan presionar directamente a la Junta Militar para que detenga la represión contra los manifestantes.
Mientras, Estados Unidos ha anunciado que los alrededor de 40 integrantes del Gobierno birmano y sus familias no podrán obtener el visado para viajar al país norteamericano, medida que puede se ampliada a "todos los que sean responsables de los ataques a civiles inocentes y de abusos a los derechos humanos".
Tokio también reacciona a la situación en Birmania después de la muerte de un periodista nipón tras recibir disparos efectuados por un soldado birmano.El Gobierno japonés comenzará a revisar sus programas de ayuda a la nación asiática.
Las víctimas mortales podría ser muy superior, según fuentes diplomáticas, y algunos grupos elevan la cifra a unas 200 personas.