Más de un centenar de personas, algunas de ellas ciudadanos tibetanos, se han concentrado hoy frente a la Embajada de China en Madrid para exigir a la comunidad internacional que presione al Gobierno chino y respete los derechos humanos. La concentración la ha organizado la Fundación Casa del Tíbet y el Comité de Apoyo al Tíbet y ha movilizado a poco más de 100 personas, la mayoría españoles, pero también algunos de origen tibetano. Ellos, vestidos con camisetas verdes y con cintas en la frente en las que podía leerse "Free Tibet", se han encargado de gritar proclamas como "China fuera" o "Libertad para los tibetanos" ante la presencia policial situada en torno al edificio de la Embajada china. El director de la Fundación Casa del Tíbet, Thubten Wangchen, ha afirmado, en declaraciones a los periodistas, que la comunidad internacional vive pendiente de las relaciones comerciales con China y no de defender los derechos humanos, cuyo respeto viola, a su juicio, el Gobierno comunista chino.
También ha acusado al Ejecutivo de Hu Jintao de expoliar al Tíbet de sus recursos naturales, de la desforestación de sus bosques y de torturar a centenares de ciudadanos tibetanos a raíz de las primeras revueltas en Lhasa, la capital. Wangchen, que ha comparecido ante los periodistas con el atuendo propio de un monje budista, ha considerado que el Gobierno chino, además, "esconde el genocidio y la tortura" a los tibetanos a través de la prensa oficial. Por ello, tras las revueltas, "es el momento de que el mundo abra los ojos y de que la ONU rompa su silencio". El director de la Fundación Casa del Tíbet igualmente ha abogado por el diálogo entre el Gobierno chino y el Dalai Lama, el líder en el exilio de los tibetanos, como "la mejor solución".
También ha acusado al Ejecutivo de Hu Jintao de expoliar al Tíbet de sus recursos naturales, de la desforestación de sus bosques y de torturar a centenares de ciudadanos tibetanos a raíz de las primeras revueltas en Lhasa, la capital. Wangchen, que ha comparecido ante los periodistas con el atuendo propio de un monje budista, ha considerado que el Gobierno chino, además, "esconde el genocidio y la tortura" a los tibetanos a través de la prensa oficial. Por ello, tras las revueltas, "es el momento de que el mundo abra los ojos y de que la ONU rompa su silencio". El director de la Fundación Casa del Tíbet igualmente ha abogado por el diálogo entre el Gobierno chino y el Dalai Lama, el líder en el exilio de los tibetanos, como "la mejor solución".
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