miércoles, 2 de abril de 2008

Tibet: Denuncia de Amnistia Internacional

El historial de derechos humanos de China está empeorando en vez de mejorar debido a las Olimpiadas de Beijing, a celebrarse del 8 al 24 de agosto, denunció la organización Amnistía Internacional (AI) en un reporte difundido hoy.
Se esperaba que los Juegos fueran un catalizador de reformas, pero gran parte de la actual ola de represión contra activistas y periodistas ocurre no a pesar de, sino debido a las Olimpiadas, de acuerdo con el reporte “China: La cuenta regresiva hacia las Olimpiadas - represión contra activistas amenaza legado olímpico”.
Los cambios positivos como la reforma al sistema de pena de muerte y una mayor libertad para periodistas extranjeros se ven ensombrecidos por el estancamiento en temas como la detención sin juicio, represión a los defensores de los derechos humanos y censura en Internet, dice el documento.
El reporte también subraya la reciente represión de las autoridades chinas contra manifestantes en el Tíbet.
Las autoridades han recurrido a medidas que, según diversos informes, han incluido el uso innecesario y excesivo de la fuerza, incluida la fuerza letal, así como detenciones arbitrarias e intimidación.
Cientos de personas han sido detenidas en respuesta a la agitación en el Tíbet, y podrían enfrentar torturas y otros maltratos por parte de las fuerzas de seguridad, especialmente aquellas personas acusadas de actividades “separatistas”.
La censura casi total sobre los acontecimientos en el Tíbet y áreas circundantes no sólo hace difícil confirmar los reportes, sino que es una violación de las promesas oficiales de garantizar “completa libertad de prensa” antes y durante las Olimpiadas, indicó AI.
Añadió que muchos activistas son retenidos como prisioneros de conciencia después de juicios políticamente motivados, y un número creciente de personas son mantenidas bajo arresto domiciliario.
Crímenes vagamente definidos contra la seguridad nacional tales como “separatismo”, “subversión” y “robo de secretos estatales” son esgrimidos para perseguir a personas involucradas en actividades legítimas y pacíficas de derechos humanos.
El reporte cita el ejemplo de Yang Chunlin, sentenciado a cinco años de prisión el 25 de marzo por encabezar una campaña bajo el lema “No queremos Olimpiadas, queremos derechos humanos”. Durante su juicio se le impidió denunciar las torturas sufridas en su detención.
Asimismo, Ye Guozhu cumple cuatro años de prisión por haber pedido permiso para efectuar una manifestación contra la incautación y demolición de casas con objeto de hacer espacio para proyectos olímpicos. Se le sentenció por “provocar disputas y causar problemas”.
En mayo de 2006, Beijing amplió el uso de una forma de detención sin juicio llamada Reeducación a Través del Trabajo, para “limpiar” la imagen de la capital antes de las Olimpiadas.
El sistema castiga a quienes han cometido faltas menores pero legalmente no son considerados criminales. Los acusados son obligados a trabajar por muchas horas, y pueden ser detenidos hasta por cuatro años.
Se reportó que la activista Wang Ling fue condenada a 15 meses de “reeducación” en octubre de 2007 por firmar peticiones y hacer pancartas contra la demolición de su propiedad para hacer espacio para instalaciones olímpicas.
Pese a las promesas oficiales de libertad de prensa hechas en julio de 2001, las autoridades continúan usando la acusación de “incitación a la subversión” y otras similares para perseguir y encarcelar a escritores y periodistas por ejercer la libertad de expresión.
El reporte exhorta a las autoridades chinas a dar acceso inmediato al Tíbet y áreas circundantes a investigadores de las Naciones Unidas y observadores independientes, así como cesar las detenciones arbitrarias, la intimidación y el acoso de activistas.
Igualmente pide poner fin a las detenciones administrativas punitivas, permitir la labor libre de periodistas en toda China, liberar a todos los prisioneros de conciencia y reducir el número de crímenes punibles con la muerte como un paso hacia la abolición de esa pena.

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